Cuando las cosas van bien o cuando es algo que te gusta o cuando se trata de alguien a quien quieres o te cae bien, es fácil dar las gracias, pero en estos años como mamá de dos niños con síndrome down, y en lo que llevo realmente conociendo a Dios, he aprendido que dar las gracias no siempre es fácil.
Y es que aun y que acepté el diagnóstico bien, y aun y que quería a mi hijo, darle de corazón las gracias a Dios por haberlo hecho así tal cual, fue difícil.
Hace unos años en una reunión navideña, habíamos organizado un intercambio, y dentro de ese intercambio habíamos hecho una lista de los regalos que nos gustaría recibir. Todos sabíamos, o al menos creíamos saber que precisamente esa lista es para obtener algo que te gusta, sin fallar. Llego el día y tocó que varios recibieron regalos que no estaban en la lista y que incluso ni siquiera habían sido comprados pensando realmente en la persona. Siendo adultos sólo sonrieron, con la mejor cara que pudieron y dieron las gracias y se abrazaron.
Así me sentí en el fondo, el día que supe que Elías tenía síndrome Down “pero Dios disculpa, seguramente tu no recibiste mi petición, yo quería un niño común, bonito, saludable e inteligente y en cambio tu me diste a este niño que….. se ve lindo ahorita, pero síndrome Down? yo no creo poder, yo no sé nada sobre discapacidad, yo no tengo idea de que hacer ” sonreí lo mejor que pude y le dí las gracias.
Hoy nueve años y medio después, puedo decir que realmente estoy agradecida con Dios por haberme dado ese regalo que yo no quería.
Le doy gracias por conocerme mejor, y por saber que era justo lo que necesitaba.
Le doy gracias por que ese regalo me lo dio, no porque me quisiera menos o porque me haya portado mal, sino por que al contrario me ama y sabía que era capaz de cuidarlo y amarlo
Le doy gracias por ese regalo que me dio, porque entendí que aunque a primera vista parecía un carbón, en realidad es un diamante
Le doy gracias por ese regalo que me dio, pues al gustarme, quererlo y apreciarlo, anhele otro regalo igual
Le doy gracias por ese segundo regalo, pues aunque fue devuelto en varias ocasiones, Él lo tenía separado para nosotros
Le doy gracias por ese segundo regalo, pues he entendido que no importa de donde venga, ni lo que haya pasado el amor sana corazones
Le doy gracias por esos dos regalos, pues me da la oportunidad de aprender día a día de lo bueno y mucho más de lo difícil
Le doy gracias por esos dos regalos, pues sin ellos no sería quien soy ahora.