Hace un mes y medio les compartí que estábamos listos para que nuestra familia creciera, andábamos en busca de un perrito pug, incluso le teníamos nombre “Chilo”, así que empezamos la búsqueda, pero después de que dos rescatistas nos dijeran que buscaban otro tipo de familia para el perro pug que tenían, pues un poco de desilusión, y un poco de risa al pensar que nuestra familia fue aprobada por DIF del estado para ser padres de una niña con síndrome de Down, pero resultaba que no eramos una familia aprobada para un pug.
En fin, Dios tiene su propósito detrás de todo esto, y sabíamos que tendría algo para nosotros, así que dejamos de buscar y decidimos esperar.
La semana pasada mi suegra nos dijo que una compañera de ella tenía una pug de la cual ya no podía hacerse cargo, y ahí entramos nosotros.
Lo más curioso de todo esto es que tal como paso cuando supimos de Eva, ahora igual estaba nerviosa, y si no funcionaba? y si no se daba? yo quería verla primero, pero mi esposo muy sabiamente dijo “acaso vimos a Eva? la escogimos?” y es cierto, así que una vez más nos aventamos y dijimos si a Honey, porque ese era su nombre.
El domingo quedamos en ir por ella, y con los nervios a punta, un dolor de estómago, ahí estábamos en el carro camino a recogerla, creo que Eva dijo como mil veces “perro” cuando íbamos en camino, Elías estaba un poco indeciso por la situación, Felipe y mi suegra iban muy emocionado y yo muy nerviosa. Íbamos hablando sobre nombres “Honey” no nos gustaba, yo quería Efi, pero Felipe dio un rotundo NO, ya habíamos pensado en Cajeta, pero seguíamos pensando en otros nombres, y el mejocito fue Cajeta, cuando ya veníamos de regreso con ella en el carro, mi esposo puso música y que suena la canción “Lola” de Cafe Quijano, “y si se llama Lola?” dijo Felipe… y de pronto sonó bien!
Y ahora acostumbrándonos unos a otros, aprendiendo a cuidar de un perro, hoy por la mañana me sentía un poco frustrada porque estaba segura de que algo le pasaba y no entendía, vaya! si que es como cuando llega un hijo al hogar. La primera noche Felipe fue asomarse a ver si estaba bien, yo ando apurada porque siento que tiene hambre, Eva quiere abrazarla a cada segundo y Elías esta bien teniéndola por aquí y presumiendola pero aun no esta muy confiado.
Así que esta es Lola, una pug de año y medio que llego a nuestra familia por medio de adopción, agradecemos a la familia Hernandez Ordaz por darnos la oportunidad de tenerla en casa.