Hoy tengo a una invitada especial, es la maestra de Elías de la Primaria. Agradezco su sinceridad y ojalá más maestros fueran como ella, que aun y a pesar de no tener experiencia con niños con discapacidad, ha buscado la manera de llegar a Elías y de incluirlo en toda actividad. Gracias a los maestros que como ella, no hacen a un lado a nuestros hijos con síndrome de Down, Gracias a los maestros que como ella, no se rinden!
Mi nombre es Anaís C, tengo 24 años y soy Licenciada en Educación Primaria.
En agosto del 2011 llegué a la escuela junto con mi amiga Samantha. Al presentarnos con la directora, lo primero que preguntamos fue: ¿Qué grado nos va a tocar? Ella respondió que solo quedaban cuarto y primer año, cuyo grupo estaba formado por 31 alumnos y dos alumnos eran integrados; Berenice con parálisis cerebral y Elias con síndrome de Down.
Mi amiga y yo teníamos que ponernos de acuerdo o echarnos un volado, y elegimos el volado. Estaba muy asustada porque nunca había trabajado con un grupo de primer año, ni con alumnos integrados.
La moneda giró y en ese momento pensé: ¡que no me toque primero!
Cuando comenzaron las clases y conocí a mis niños. Ese día fue un caos total, pues no sabía qué hacer, todos los niños traían muchas energías y sinceramente no sabía cómo tratarlos, a todos en general. Sentía la mirada de mis demás compañeros maestros con cara de ¡pobre maestra! Y recuerdo muy bien las palabras de mi directora: Anaís este es un gran reto para ti, ¡ánimo! La maestra de apoyo, Teresita, trabajará contigo, recuerda que no estás sola en esto.
Al tercer día llegué a casa llorando
Extrañaba mi antigua escuela y no sabía qué hacer con mi grupo, pero ya no había vuelta atrás, tenía que sacarlos adelante y no me dejaría vencer por algo así. Con el paso de los días y al ir conociendo un poco más a mis alumnos, comenzamos a tomarnos cariño.
Enfocándome en el caso de Elias, al principio no quería hablar conmigo, no hacía caso a mis indicaciones y se aliaba con Luis Enrique para agarran el bote de los colores como tambor. Por más de una semana se dedicaba a tocarlo y era lo primero que hacía, llegaba directamente a él. Eso para mí era un reto más, pues llamar su atención para que trabajara era algo casi imposible. No había cosa alguna que llamara su atención, hacía circo maroma y teatro para que me hiciera caso, pero no lo podía conseguir, era algo difícil para ambos. Días después su mami me comentó que él tocaba el tambor en el kínder y de ahí me pesqué, ahora tenía que trabajar si quería tocar el tambor, con eso comenzamos a trabajar juntos.
Realizar cambios para que pudiera funcionar
Muchas veces me molestaba con él porque les hacía maldades a los compañeritos, les tiraba sus libretas, pasaba por los lugares y tiraba todo lo que había en el banco, peleaba con ellos, quería jugar a las luchitas con el que se le pusiera enfrente, comenzaba a tener actitudes que al principio no mostró. Después me enteré que llegó Eva a su vida, entonces comprendí que estaba pasando por un momento difícil, además de que también era complicada la convivencia por tantas horas y el estar trabajando todo el día.
Al exponer el caso con la directora, la maestra de apoyo, la psicóloga y la trabajadora social de la escuela, llegamos a un acuerdo de que sólo estuvieran la mitad del día para poder así cumplir con el objetivo, integrarlos y no dejar de lado a los demás alumnos. Pensé que iban a existir inconformidades, pero uno como maestra debe de ver por el bien de todos sus alumnos. Tenía fe de que todo iba a salir bien.
Tuve que planear muy bien las clases, poner al inicio las sesiones en las cuales Elias pudiera participar por iniciativa propia. De ser su maestra, pasé a ser su amiga, pues comprendí que era la mejor solución, si trabajaba, jugaríamos a algo o con algo, y el tambor seguía como una de las opciones. Creo que esa manera de trabajar le convenció más, pues le gustan las negociaciones.
Con mucha dedicación y más que nada amor a la profesión y a mis alumnos, hemos podido avanzar en muchas cosas, ahora Elias pasa lista con un poco de ayuda, levanta la mano para participar, canta, baila un poco porque casi no le gusta hacerlo con tanto público, ha aprendido a respetar a sus compañeros, pide disculpas y perdona a quien lo ha ofendido. Hace dictado de palabras que ha aprendido con la maestra Teresita y le gustan mucho los trazos, a veces no tiene ganas y solo colorea, pero el caso es que trabaje. Me ayuda a entregar las libretas o cualquier material, reconoce muy bien quién es quién, y cuando regaño a alguien va y lo consuela, pues cree que está llorando. Ahora puedo dejarlo solo con los demás cuando tengo que ir a sacar copias a la dirección o algún otro pendiente, también me dice quién fue el que se portó mal.
Su reloj biológico le dice que ya es hora del descanso y corre a sacar su lonche, tiene su lugar para comer, en donde no lo pueda perder de vista y en ocasiones se dedica a corretear a las palomas que caminan por el patio cívico.
Sabe que cuando termina el descanso debe de recoge su basura, aunque a veces no termina su lonche y sigue comiendo a pesar de que ve que todos los demás están formados, eso porque sabe que su maestra irá por él para llevarlo a la formación. Ya reconoce cuál es su lugar en la fila y si algún niño se pone en su lugar me da la queja para que lo quite. Llega al salón y guarda sus cosas porque es hora de ir con mamá, Eva y papá, y muy contento de despide de todos.
Hemos avanzado mucho, me incluyo porque los dos hemos aprendido grandes cosas, y seguimos aprendiendo todos los días. Ahora está por cumplir 7 años de edad y me da mucho gusto poder compartir con él esta estapa de su vida, sé que Dios me puso en este lugar por alguna razón y estoy convencida de que fui la elegida por Él para ser su guía en este camino que comienza a recorrer. Sin duda alguna alegra todas mis mañanas con un gran abrazo y un eufórico: ¡maestra Anaís!
Editado 2017 , cinco años después de este escrito, para agregar esta foto de Elías en la graduación de la primaria, con su querida maestra Anaís y sus compañeros
6 Comments on “Integración Escolar en Primaria”
wow, realmente la integracion es una tarea que requiere mucho esfuerzo, lo estoy viviendo con Emir ahora que esta a tiempo completo y a veces quiere pasar un rato en su anterior aula, pero esta bien, gracias a Dios le han tocado unos companeritos maravillosos y como tu dices, hay que ver que quieren hacer por iniciativa propia y en que necesitan motivacion y apoyo 🙂 estan lindos en las fotos!
WOW! MAESTRA ANAIS QUE GENIAL ES USTED! ALICIA TE FELICITO POR CONTAR CON ESE GRAN EQUIPO DE APOYO, OJALA QUE TODOS LOS MAESTROS TUVIERAN LA VOCACION DE ENSEÑAR, DE SACAR ADELANTE A SUS ALUMNOS CON NECESIDADES ESPECIALES, UN HURRA GIGANTE PARA LA MAESTRA Y BUENO EL EQUIPO DE ELIAS TAMBIEN FELICIDADES!!!
Me alegro que hayáis tenido suerte con la profesora, es muy importante, verás como adelantará un montón.
Unas fotos divinas
besos
awwww ojala le toque una maestra asi a mariana!!! necesitamos muchas maestras de esas!! donde podemos sacar copias de usted maestra?? jajajaj
Miss Anais como decimos aca en Ecuador es una buena maestra una gran persona..Dios la bendig…,, yo soy mama de JOsé Gustavo de Guayaquil-Ecuador.. tiene 2 años y es mellizo de María Paz sin sD,, me encanto su historia.. ojala encontremos una profesora así para mi Joc.. . me emocione mucho leyendo esta historia… un abrazo y bendiciones
Esta historia como que devuelve las ganas de creer en la juventud y en la humanidad! Dios bendiga a la maestra Anais y a todo el equipo de trabajo de la escuela…