La semana pasada ha sido muy emocional para mí, se llegó el momento de la pre-inscripción para Eva a la secundaria.
Cuando adoptamos a Eva, hace 7 años, pensamos que el camino sería igual que con Elías, pero con el tiempo y viendo las necesidades de Eva, nos dimos cuenta que lo que funcionaba con Elías, no necesariamente funcionaría con Eva, y por eso me ha costado un poco más, poder aceptar, que quizás Eva no iría a la secundaria.
Pero no me voy a adelantar en la historia, al contrario, necesito regresar el tiempo a unos años atrás.
Hace 3 años
Cuando Eva cursó 3ero de Primaria, al final del ciclo escolar, en una junta de las varias que tuvimos en el año, debido a los problemas conductuales de Eva, tratando de idear la mejor acción a seguir, después de varias veces comentarle a la directora llorando (literal) que sacaría a Eva de la escuela, porque sentía que no era lo mejor para ella, me propusieron algo para el siguiente ciclo escolar: y si repetía año?
uffff no me gustó nada eso. ¿por qué repetir año? Elías no había repetido! además llevaba ya 5 años con sus mismos compañeros y ¿ahora cambiarlos? no gracias! , pero me dijeron que lo pensara, que podía ser algo bueno para ella.
La primaria donde estamos es chica, en su generación (nacidos en el 2007) hay un sólo salón de 32 niños, en cambio, la generación de abajo (nacidos en el 2008) habían dos salones de 17 niños, lo cuál podía ser mejor para ella, un grupo con menos niños, dónde la maestra pudiera atenderla mejor.
PERO, sip! había un pero, el sistema de la SEP (Secretaría de Educación Pública) no los dejaría “reprobar” a Eva, osea, que aunque Eva cursara 3ero de primaria de nuevo, en el sistema, ella seguiría estando en 4to. y esto significaba, que cuando Eva cursara 5to (con la generación del 2008), a mitad de ciclo escolar, tendría que pasarse a 6to (con la generación del 2007). suena confuso, lo sé, pero así funcionan las cosas.
Y pues lo hablamos mi esposo y yo, y tomamos la decisión de que repitiera año.
Me dolió en el alma, pero Eva se adaptó muy bien,
La verdad es que funcionó muy bien, estos últimos tres años, Eva logró madurar, avanzar, desarrollarse conductualmente, academicamente y socialmente.
Aunque siempre había tenido buenos compañeros , los de la generación de abajo se pasaron de buenos, Eva logró hacer buena amistad con varias niñas, y Eva por fin acepto la ayuda que ellos le ofrecían (en la escuela implementan los alumnos tutores)
Este agosto pasado, que inició el ciclo, Eva llegó a quinto de primaria, y yo sabía, que este año, sería mitad 5to y mitad 6to, no me fascinaba la idea, pero así lo habíamos acordado.
La semana pasada me citaron en la escuela, era el tiempo de la pre-inscripción a la secundaria, y aparte me dijeron que ellas (directora, maestra de apoyo y maestra sexto) creían que era mejor si Eva pasaba de una vez a sexto, y con el dolor de mi alma (por sus excelentes compañeras) dije que si, porque también se que es mejor que pase más tiempo en sexto para prepararse hacia la secundaria.
Así que esta semana Eva inicio sexto de primaria
La secundaría, ha sido más complicada de lo que imaginé
Pero aun así la idea de que Eva fuera a la secundaria, no me termina de convencer, por la experiencia que hemos tenido, la ventaja es que Elías es tranquilo, sigue instrucciones, no se mete en líos, respeta, entonces, mandarlo a una escuela con más de 500 alumnos si daba nervios.
Pero Eva aunque si ha avanzado mucho, se que se va a desesperar, lo que no va a resultar nada bien, por eso tenía la idea de hacer homeschooling, osea escuela en casa, y al principio me daba mucho sentimiento, porque obvio quería lo mismo para ella, la misma oportunidad, sé que es capaz, pero, entendí que no tenía porque ser todo igual, y el que Eva tomara un camino diferente, no era el fin del mundo, no me hacía mala madre, ni que tuviera preferencias con uno u otro, simplemente Eva necesita otras cosas.
Hablando con la directora de la primaria, me comentaba que en la misma secundaria de Elías, pero en turno vespertino (1-6:30pm) tenían menos alumnos, buen equipo de apoyo y la directora es flexible y entiende las necesidades de los alumnos con discapacidad, y de pronto sentí una mayor tranquilidad.
Aun queda tiempo para pensar, sea cual sea la decisión, siempre será tomada con mucho amor y pensando lo mejor para ella.