Con el Extracto de té verde, empecé a leer y aprender de diferentes cosas que no son las tradicionales, en busca de algo más natural, que trate la “raíz del problema” y sea más trascendental que las terapias que todos conocemos.
Una terapia, de la que leí comentarios positivos, pero que por cuestiones de dinero no se había podido, es la Terapia Cráneo-Sacral (TCS).
El sistema Cráneo-Sacral, consiste de las membranas y el fluido cerebro-espinal que rodean y protegen al cerebro y a la médula espinal. Se extiende desde los huesos del cráneo, de la cara y la boca, que conforman la parte “Cráneo”, llegando hasta la parte baja de la espalda que se denomina “Sacro”, mejor conocida como la terminación de la columna.
Cada día el cuerpo se somete a estrés y las tensiones y las estructuras tiene siempre una tendencia a compensar. Desafortunadamente, estas compensaciones pueden causar que la fascia o el tejido conectivo, tenga una tendencia a apretar y distorsionar el sistema Cráneo-Sacral, que a su vez puede hacer presión sobre el cerebro y la médula espinal. ¿El resultado? Un obstáculo para el sano desempeño del sistema nervioso central – y potencialmente cualquier otro sistema con el que interactúa.
¿Cómo inició la terapia Cráneo-Sacral?
Tiene sus inicios en 1970 cuando el Dr. Osteopata
John E. Upledger presenció por primera vez el rítmico movimiento del sistema Cráneo-Sacral durante una cirugía de médula espinal, y al mismo tiempo ninguno de sus colegas pudo explicar el fenómeno.
Dos años mas tarde, el Dr. Asistió aun pequeño curso de Osteopatía Craneal realizado por el Cr. William Sutherland. Dicho curso se centralizaba en los huesos del cráneo y en el sorpresivo hecho (en aquel tiempo) de que los huesos no se encontraban fusionados como se les enseñaba a los doctores en las escuelas, sino que permanecían en constante movimiento durante la vida de una persona, juntando estos datos con aquel extraño movimiento observado por el Dr. Upledger, se puso a teorizar que un tipo de “sistema hidráulico” estaba funcionando dentro del sistema Cráneo-Sacral. Para luego entonces confirmar sus teorías.
Para 1975 se une al Colegio Osteopatico en la universidad de Michigan como investigador clínico y profesor de Biomecánica, luego encargado de un grupo de Anatomistas, Psicólogos, Biólogos y Bioingenieros para probar y documentar la influencia del sistema Cráneo-Sacral. Por primera vez fueron
capaces de explicar la función del sistema y demostrar como una terapia basada en toques ligeros, puede ser usada para evaluar y tratar disfunciones que involucran al cerebro y la médula espinal.
En 1985 el
Dr. Upledger estableció un instituto para enseñar al público y practicantes de la salud acerca de los beneficios de la terapia, a la fecha se han entrenado más de 65,000 practicantes a nivel mundial en el uso de la
Terapia Cráneo-Sacral.
El ritmo del Sistema Cráneo-Sacral se puede sentir tan claramente como los ritmos cardio-vascular y respiratorio. Pero a diferencia de los otros ritmos, el ritmo cráneosacral (RCS) se puede evaluar y corregir a través de la palpación.
¿Cómo es que se realiza esta terapia?
La Terapia Cráneo-Sacral se realiza con la persona vestida, usando un toque muy ligero (por lo general sin exceder al peso de una moneda de dos pesos) el practicante monitorea el ritmo del sistema craneosacral, lo evalúa y de esta manera detecta restricciones potenciales y desequilibrios dentro del sistema. El terapeuta utiliza delicadas técnicas manuales para liberar esas áreas problemáticas y de esta manera se reduce la presión indebida en el cerebro o en la médula espinal.
Una terapia Cráneo-Sacral puede durar desde quince minutos hasta más de una hora. La evaluación inicial puede ayudar en mucho a corregir el problema.
¿Cuál sería el resultado?
Un sistema nervioso libre de restricciones y un cuerpo al que le es posible retornar a mayores niveles de eficacia.
¿Qué enfermedades cura la TCS?
Dicha terapia fortalece la propia habilidad del cuerpo de hacerse cargo de uno mismo, coadyuva para aliviar un amplio rango de enfermedades y disfunciones, incluyendo:
– Migrañas y dolores de cabeza.
– Dolores crónicos de cuello y espalda baja.
– Debilidad en la función psico-motora.
– Problemas relacionados con el estrés.
– Desordenes infantiles.
– Heridas traumáticas del cerebro y médula espinal
– Fatiga crónica.
– Escoliosis.
– Desordenes del Sistema Nervioso Central
– Dificultades emocionales.
– Síndrome de la coyuntura Temporomandibular.
– Problemas de aprendizaje.
– Problemas de estrés Post-Traumático.
– Problemas Ortopédicos.
Entre otras
¿Por qué usar la Terapia Cráneo-Sacral en el síndrome de Down?
Con esta imagen se puede observar el crecimiento de un feto con síndrome de Down, y de uno sin síndroem de Down. Podemos ver que es a partir de las seis semanas que hay un “desacelere” en el crecimiento. Esto fue demostrado por el científico Benda en el año de 1960 después de estudiar y observar cientos de casos.
Este desacelere en el crecimiento da como resultado bajo peso y retraso en el crecimiento y desarrollo del cerebro, ojos, manos y corazón.
Benda mostró que la patología inicial se encuentra en la deficiencia del crecimiento en la base craneal. Esto ha sido confirmado por
otros estudios. Esta base craneal más corta se debe al poco crecimiento y no a la fusión temprana.
La estructura craneal en la persona con síndrome de Down presenta variaciones de la anatomía normal que resulta en características como : ojos en forma de almendra, falta de puente nasal, características infantiles entre otras. En personas con síndrome de Down, su cabeza ha sido descrita como pequeña y plana (braquicéfalo) . Cabezas braquicefálicas producen un desplazamiento anterior de las partes condilares del occipucio en las facetas del atlas. El arco posterior de la vértebra atlas también puede aproximar la apófisis odontoides del eje. El canal vertebral puede ser reducido, con un posible choque de la médula y el aumento de las tensiones sobre las membranas tensión recíproca cráneosacras (RTM). Esta distorsión craneal primaria produce profundas consecuencias a lo largo de la columna vertebral y la pelvis. Por lo general, las cabezas de los niños con síndrome de Down son más pequeños que en los niños en edad equivalente que no tienen síndrome de Down; por lo tanto, se reduce la capacidad craneal. Los huesos nasales están poco desarrollados, y el maxilar superior, así como el esfenoides se ha descrito como hipoplásico. Con frecuencia, la boca es estrecho y corto, lo que, junto con la hipoplasia maxilar, se traduce en una pequeña cavidad oral. Estas características se pueden mejorar con la terapia craneal adecuado.
Entonces, básicamente por esto es que nos hemos decidido a intentar la Terapia Cráneo-Sacral.
Esta semana tendrán su tercera terapia.
El costo de cada terapia por persona es de $500 pesos mexicanos, se trabaja individualmente.
Mis hijos ya son más grandes, pero he leído comentarios de personas que han iniciado con sus hijos muy pequeños (tengo entendido se puede iniciar desde recién nacidos) y han visto cambios impresionantes.
Si estas en Monterrey, escríbeme un mensaje y te paso el teléfono de Diego, el terapeuta de los niños.
One Comment on “Terapia Cráneo-Sacral”
Hola, me puedes pasar el telefono de Diego el Terapeuta mi correo ramgonzalez@yahoo.com