Cuando voy a una tienda donde se que habrán libros de niño me asomo y reviso para ver si hay alguno adecuado para mis hijos, y el sábado pasado no fue la excepción.
Estábamos en Costco y al no encontrar algo que me llamará la atención para los niños decidí tomar uno para mí
Soy el tipo de personas que las portadas me llaman la atención y luego leo la reseña de la contraportada y así encontré
Fuera de mí es una historia ficticia, escrita por Sharon M. Drapper, y habla de Melody es una niña de 11 años con Parálisis Cerebral, no puede hablar, ni caminar, ni comer sola, sólo puede mover los pulgares, y aunque la gente (padres, médicos, maestros, compañeros) pudieran pensar que es un cuerpo vacío, es una niña que tiene memoria fotográfica (recuerda TODO!) , tiene ingenio, es chistosa y muy determinada.
Mientras leía el libro pensaba en Elías, en Eva, y en cada uno de los niños que conozco que tienen alguna discapacidad, que aunque no es Paralisis Cerebral, son igual de subestimados.
Cuanta gente nos hemos topado en el camino que nos dicen lo que nuestros hijos no lograran, y cuantas veces nos hemos dejado llevar por los títulos profesionales y “su experiencia” más que por nuestra intuición y ganas de luchar y querer más para nuestros hijos.
Puedes ver a la mamá de Melody luchando por su hija, pero también cuando no le entiende lo que quiere decirle, cuando duda de lo que es capaz, cuando tiene miedo al estar embarazada por segunda ocasión de que la historia se vuelva a repetir, de vivir el caos y el cansancio al ser madre trabajadora, llorar por las injusticias y por que no, también desesperarse cuando su hija tiene “un tornado” (una especie de berrinche que es simplemente una forma de comunicación que nadie logra entender del todo).
Creo que es fácil sentirte identificada con ella, al menos yo me veía una y otra vez en cada situación.
Cuantos de nuestros niños nos dirían – SI PUDIERAN – que no están a gusto en la escuela? que están hartos
Como no hablan …. les enseñan lo mismo una y otra vez.
Como no hablan ….. creen que no saben nada.
Como no hablan…… creen que no son personas con gustos, opiniones,decisiones
Me confieso culpable! quisiera decir que siempre creí en mi hijo, pero creía más en la etiqueta que le habían puesto.
“aprenderá despacio”….. “a su propio ritmo” ……
si claro! cada quien aprende a su propio ritmo! de eso estoy segura, pero en serio años viendo lo mismo y lo mismo? a cualquiera le fastidiaría!
Conozco niños viendo las mismas cosas… colores… pintar….. hacer trazos…. ver su nombre. … animales… sonidos… POR AÑOS!
cuantos de ellos no son una Melody, un Stephen Hawking, un Jacob Barnett, o personas como tu y como yo ?
Y simplemente están ansiosos, de poder encontrar aunque sea UNA persona que crea de verdad, que sea exigente, que busque nuevas opciones, nuevas alternativas.
Habla sobre “inclusión”, los retos que presenta al estar “incluida”, de maestros buenos y otros no tanto, de gente que cree en ella y otros que no, de sus mascotas, de su hermanita, de sus miedos, y sus anhelos, que no son muy diferentes a los de cualquier niña de su edad.
Es un libro muy sencillo, de fácil lectura que pueden leer si tienen a alguien con discapacidad o no en su vida.
Estoy segura que pudiera cambiar muchas opiniones