Hace casi 4 años nos enteramos de una niña de a la que le estaban buscando urgentemente una familia.
No sabíamos nada de ella, sólo que tenía tres años, ojos claros y síndrome de Down, y con esa información, sacamos cita en el DIF de Nuevo León en el Departamento de Adopciones y les dijimos que queríamos ser sus padres.
La pregunta era ¿Por qué adoptar? pero aun más la duda era ¿Por qué queríamos una hija con síndrome de Down?
Y es difícil entender porque escoger a alguien con síndrome de Down si se cree que “son una carga, son abortables, son difíciles, son vulnerables, enfermizos, no aprenden, se tardan mucho”. Eso nos han enseñado, los vemos y sentimos pena por ellos y por sus padres y no queremos eso para nosotros.
Después de tres años de que Eva ha estado con nosotros, puedo dar muchas respuestas al porque decidimos adoptarla:
– Dios nos preparo para este momento
– Nos sentíamos listos para hacer crecer a la familia
– Sabíamos que podíamos amarla y darle lo necesario para sacarla adelante
– Estábamos en un punto donde teníamos todo a nuestro favor
Pero al final, siempre tengo una pregunta
y ¿por qué no adoptarla?
Yo se que da mucho miedo tener un hijo con síndrome de Down, pero ella, como cualquier niña(o) en esa situación, necesitaba de una familia, necesitaba de alguien que estuviera ahí para ella incondicionalmente, alguien que hiciera más por ella, que le brindará el amor que sólo una familia puede dar, que supliera toda necesidad y que cuidara de ella.
pero nosotros necesitábamos de ella también.
Necesitábamos de esa chispa, esas risas y ocurrencias, esos momentos de diversión y también los de locura, ese gozo al verla lograr cosas que nuestro otro hijo no hace, ver como logra conquistar a los demás con una mirada y saber que ella cubre perfectamente ese hueco en la familia que teníamos sin saberlo.
Tener un hijo con síndrome de Down, biológico o adoptivo, puede ser atemorizante y quizás el mayor reto de tu vida, probablemente no te sientas listo para ser su padre, pero te puedo asegurar algo, ese hijo es lo que necesitas, y tú eres todo lo que él necesita. Y completará a tu familia a la perfección, no por el síndrome de Down, sino simplemente por que es tu hijo.