En el 2005 me convertí en mamá por primera vez
En el 2011 llego nuestra segunda hija por medio de la adopción
Y en el 2014 llego nuestra hija perruna
Hace unos días fuimos a la tienda, y estaban arreglando todo lo que se iba a vender para este día, Elias traía unas monedas, y el estaba emocionado leyendo todos los globos “feliz día mamá” , “para ti mami”, “te amo mamá” , “eres la mejor” se le iban los ojos con todo lo que veía y el insistía en que con sus monedas quería comprar un globo, flores y pastel para mi y me enterneció completamente, aunque en años anteriores estaba consciente del festejo, este año lleva días diciéndome “feliz día mamá, te amo” y esas palabras, de un niño con discapacidad no tienen precio, valen más que el globo más enorme, las rosas más bonitas y el pastel más delicioso.
Es fácil caer en la rutina de ser mamá, y llega a ser cansado, quisiera decir que siempre es diversión, pero no lo es, a veces grito más de lo que debería, me desespero rápidamente, salgo en la mañana casi en pijama y con el cabello tal y como me dormí para ir a dejarlos anhelando tener unas horas de tranquilidad, y confieso que uso la televisión y el ipod/ipad para tener momentos de tranquilidad
Pero la verdad es que no los cambiaría por nada.
Si hace diez años no “hubiéramos metido la pata” Elías no estaría aquí, me habría perdido completamente de ser madre de este niño que ha bendecido mi vida y la vida de muchos más de tal manera y tal magnitud al grado de adoptar a Eva, y la adopción de Eva, aventarnos a una aventura nueva, desconocida, llena de retos y de aceptar y amar a alguien que no es biológico, nos preparo para poder aceptar y adoptar a Lola.
Esos son mis hijos, los que me llenan de alegría y que a ratos me enloquecen, de quienes estoy muy orgullosa por cada logro por minúsculo que sea.
Yo no sería la mamá que soy sino fuera por ellos, ellos me han hecho crecer y han expandido mi corazón y me dan la energía y la confianza para hacer más por más mamás y más niños.
Hoy le preguntaba a Elías que si creía que era buena mamá y me dijo: mamá guapa que no hace caso. Le pregunto que porque no hago caso? y me dice que no lo llevo al parque, es cierto, soy culpable de no llevarlos al parque tan seguido como ellos quisieran.
Pero bueno no soy perfecta 🙂 y aunque no hago caso aun así me aman.