Ayer Elías y su grupo en la Primaria salieron de paseo. 30 niños, junto a 3 mamas, y dos maestra salieron en un autobús a las 8am y al medio día estarían de regreso. Nos despedimos, y sinceramente estaba emocionada de ver a Elías emocionado, el iba en el primer asiento tan feliz y mientras el autobús se iba moviendo el me gritaba adiós mamá mientras agitaba su manita al aire.
Si me preguntan, no estaba preocupada ni nerviosa ¿por qué? no se, quizás saber que las maestras lo cuidarían bien, quizás por que di por hecho que dentro de cuatros horas lo vería de nuevo, y quizás las mamas de los niños que fallecieron ayer también sentían esa tranquilidad, siendo que la comunidad y la escuela era considerada de las más seguras en Estados Unidos, y quizás también dieron por hecho que los verían horas más tarde, lamentablemente no fue así.
Y es que uno como mamá que más quisiera poder cuidarlos y protegerlos toda la vida, que fueran felices, que nada se les dificultará, que nada ni nadie les molestará, pero no siempre se puede.
Como mamá de dos niños con discapacidad, trabajo arduamente día con día para que mis hijos salgan, para que mis hijos conozcan, para que mis hijos vayan a la escuela, para que tengan las mismas oportunidades que los demás, que más quisiera tenerlos de la mano siempre, pero no sería justo.
Vivo en en una ciudad que ha pasado por momentos muy difíciles en los últimos años, balaceras en cualquier lugar y a cualquier hora, muertos, gente inocente que fallece, balas perdidas, robos de automóviles, secuestros, incendios provocados, bloqueos, militares patrullando la ciudad etc.
Estos paseos que hacían las escuelas se suspendieron por un tiempo, era demasiado riesgo sacar un autobús con niños y que de pronto sucediera una balacera. En el pre-escolar definitivamente no sacan a los niños, al menos no en la escuela de Eva
En las escuelas ahora hay simulacros de balaceras, y aunque la situación se ha tranquilizado, o será que ya no veo noticias, igual uno tiene que seguir viviendo, haciendo lo suyo, y seguir saliendo, más cuando se tiene un hijo con discapacidad que necesita las terapias, que necesitas moverte, que necesitas salir, siempre tomando la debida precaución, y sabiendo que hacer en caso de que algo se presente.
Lo que sucedió ayer en Estados Unidos fue un acto horrible de una persona inestable, no lo voy a juzgar, pues una persona común y corriente puede pasar por x situación y hacer lo que jamás creerías posible (llamase robar, matar, engañar, mentir, embriagarse, drogarse etc) y lastimar a alguien. Lo que podemos hacer es hacer lo que nos toca como familia, educar a nuestros hijos, hablar con ellos, enseñarles lo bueno y las consecuencias de lo malo, prestar atención a esas pequeñas señales de alerta, enseñarles a cuidarse y a cuidar de los demás, a respetar a la gente etc.
Hoy mi corazón me duele, me duele al saber que fueron 20 niños inocentes los que ayer perdieron la vida, me duele saber que eran niños de la edad de mis hijos, me duele pensar en los papas, familiares y amigos de esos niños que en esta época donde todo debe ser gozo hoy hay llanto, me duele por los niños que vivieron esto de cerca pues es algo que no debería de vivir alguien nunca.
A veces me quejo de mis hijos, a veces termino agotada de ser mamá todo el día, de recoger juguetes, de limpiar mocos, de hacer tareas, de buscar como enseñarles, de no tener más tiempo para mi, de aprender cosas que no serían necesarias si no tuvieran una discapacidad, de si se despiertan muy temprano o muy tarde, si recibo quejas de la escuela etc, pero al final del día están aquí, en mi casa, en mi techo, cobijados en su cama, con su muñeco abrazado listos para dormir y descansar, y eso no debo pasarlo por alto, dar Gracias a Dios por sus vidas, y por cada momento que paso con ellos.