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Ok quizás exagere un poco en el título porque en este escrito no habrá desesperación (ok quizás un poco) pero si habrá confesiones
Muchos dicen que hay vida más allá del diagnóstico del síndrome down, y aunque entiendo y comprendo que el síndrome down no es el centro de la familia, y confieso que hubo veces que se me olvido por completo que Elías tenía eso (sindrome.. que?), últimamente no me lo puedo quitar de la cabeza, no porque lo vea limitado, sino porque veo las limitaciones que le están trayendo en esta nueva etapa en la Primaria.
No los confundí, verdad?
Hago una pequeña pausa para decir que hablo en este post especificamente de Elías, porque estoy hablando de un niño que creció 6 años con una familia. Con E estamos lidiando muchas conductas que trae del pasado, y creemos firmemente que al igual que su hermano aprenderá a leer y escribir (y quizás antes porque demuestra mucho interés), además esta ahorita en pre-escolar que sinceramente es muy flexible, muy acogedor.
ok continuo.
Yo creo firmemente que Elías aprenderán a leer, aprenderá a escribir, las matemáticas no se que tanto logre ya que es su dificultad mayor, pero si creo que con el apoyo de nosotros, y maestros Elías logrará salir adelante, pero no es por arte de mágia, cuesta y cuesta mucho!
Confieso que ahorita no me entusiasma mucho la Primaria, si me da cierta tranquilidad saber que hay gente (la maestra de grupo, apoyo, psicóloga, directora y las maestras del centro down) que se preocupa y que quieren ver que salgamos adelante, pero me da tristeza combinado con impotencia ver que no puedo hacer más para ayudar a Elías en la adaptación escolar.
Cuando inicio el ciclo escolar me decía la maestra que era bueno, que Elías se mantuviera sentado, el problema es que no trabajaba, no quería trabajar, pero mínimo se quedaba sentado, no andaba parado, ni molestando a nadie, ni se salía del salón, que alivio me dio porque pues fue un gran cambio para él de pasar del jardín de niños a la primaria, pero esto pronto cambio, unas dos o tres semanas después fue cuando comenzó a ponerse inquieto, primero le echábamos la culpa al chocolate Hershey que llevaba aveces de refrigerio (aunque se me hacía raro porque a el no le altera el chocolate), pero poco a poco se fue rebelando, y ha hecho lo que no había hecho antes: le encajo a un niño un lápiz en el cachete, a otro lo empujo y se pego con un la pared, a la maestra le destrozo una plantita, va y molesta a los compañeros, avienta colores, y bueno, eso es un resumen, realmente ha sido mucho el desorden, yo no se porque, y no puedo ayudarlo.
Y no sólo es en la Primaria, sino también en el Centro Down, aunque el lunes pasado se porto y participo muy bien UJU pero no quiero cantar victoria aun.
Ahora sale a las 10:30-10:45am, y aunque esperemos que esto sea temporal, no se cuanto va a durar.
Yo se que Elías tiene mucho potencial, pero espero que esta etapa pase pronto! porque definitivamente no es fácil. Siento que dimos un paso atrás, y es cansado estar volviendo a corregir, redirigir, castigar, regañar, usar tiempos fuera, etc cuando ya no era necesario.
One Comment on “día 4 – confesiones de una madre desesperada”
Ali, quizá sería bueno que un día permanecieras en la escuela (aunque sea afuera si puedes alcanzar a observar lo que sucede dentro), te digo esto porque Benjamín tenía muchas conductas similares en la primer escuela a donde lo metimos, creo que era la forma en que el comunicaba que no se sentía a gusto ahí, sea cual sea la razón, cuando lo cambiamos de escuela todo mejoró (en la escuela, la casa, las terapias, etc) su actitud era otra, ahora se le ve felíz.
si ves que en la escuela todo marcha bien entonces dale un poco de tiempo, quizá tantos cambios en su vida ultimamente estén provocando esas conductas, de cualquier forma espero que todo pase pronto 😉
un abrazo