Info Motricidad Gruesa

Alicia LlanasEnseñar

Get It Down; 31 for 21
31 for 21 – Día 2
¿Cuáles son algunos de los desafíos que enfrentan los bebés con síndrome de Down en su desarrollo motor grueso?

Los niños con síndrome de Down quieren hacer todo lo que cualquier niño desea hacer: quieren sentarse, gatear, caminar, explorar su entorno e interactuar con las personas que los rodean. Para hacerlo, tienen que desarrollar sus destrezas de motricidad gruesa. Debido a ciertas características físicas, que incluyen hipotonía (tono muscular débil), laxitud ligamentosa (aflojamiento de los ligamentos que causa un aumento de flexibilidad en las articulaciones) y disminución de la fuerza, los niños con síndrome de Down no desarrollan las destrezas motoras del mismo modo que lo hacen los niños con desarrollo típico. Ellos encuentran formas de compensar la diferencia en su contextura física y algunas de las compensaciones pueden llevar a complicaciones en el largo plazo, tales como dolor en los pies o desarrollo de un patrón de marcha ineficaz.
La meta de la fisioterapia para estos niños no es acelerar su índice de desarrollo, como se asume generalmente, sino facilitar el desarrollo de patrones óptimos de movimiento. Esto significa que en el largo plazo, querrá ayudar a que el niño desarrolle una buena postura, una alineación correcta de los pies, un patrón de marcha eficiente y una buena base física para el ejercicio a lo largo de su vida.
¿Cuáles son algunos consejos generales que los padres deberían tener en cuenta a la hora de trabajar las destrezas de motricidad gruesa de su hijo?

El desarrollo de las destrezas de motricidad gruesa es la primera tarea de aprendizaje que el niño con síndrome de Down y sus padres enfrentarán juntos. Esta es una oportunidad para los padres de comenzar a comprender la forma de aprendizaje de su hijo. Use estos consejos como un punto de partida para comenzar a explorar el estilo de aprendizaje de su hijo.
Determine qué es lo que motiva a su hijo. Es más probable que su hijo se mueva cuando haya algo que lo motive. Por ejemplo, puede gatear para alcanzar un juguete favorito. Cuando practique destrezas motoras, el éxito y el disfrute de su hijo dependerá de la forma en que usted juegue, los tipos de juguetes que use y dónde los coloque.
Piense de la forma en que piensa su hijo. Descubra cuáles son las destrezas de motricidad gruesa que a su hijo le gusta practicar y construya a partir de esas destrezas. Por ejemplo, si a su hijo le gusta estar boca abajo, enséñele a girar, gatear y trepar; si le gusta sentarse, enséñele a moverse para que consiga sentarse solo. A menudo, los niños se sienten motivados a aprender destrezas en un orden diferente y está bien seguir las pautas de su hijo y trabajar en lo que él esté listo y deseoso de aprender.
Prepare a su hijo para que tenga éxito. Practique destrezas que su hijo esté preparado para aprender de modo que pueda ejecutarlas. Haga las prácticas cuando esté en su mejor momento físico para que tenga energía, concentración y paciencia para trabajar en destrezas nuevas o emergentes. Sepa cómo posicionarlo y use los mejores motivadores. Por último, sepa cuándo detenerse. Unos pocos momentos oportunos en los que su hijo entiende una nueva destreza y tiene éxito para ejecutarla son mucho más valiosos que una hora de luchar que los haga que los dos se sientan frustrados y alterados.
Entienda las sugerencias que le da su hijo. Preste atención a la forma en que su hijo responde a la práctica de destrezas. Si es demasiado difícil, hágala más fácil cambiando la configuración o dándole más apoyo. Practique siempre que su hijo esté haciendo lo mejor. La calidad del tiempo que pase practicando destrezas de motricidad gruesa es mucho más importante que la cantidad.
Trátela como un juego. Piense en la enseñanza y la práctica de la destreza como en un juego. En primer lugar, presente el “juego” para que su hijo sienta y tolere el movimiento. En segundo lugar, ayude a su hijo a familiarizarse con el juego y a entender lo que usted quiere que haga. En tercer lugar, practiquen el juego juntos y vaya disminuyendo su apoyo de forma gradual. En cuarto lugar, continúe hasta que logre independencia. La meta final es que su hijo domine el juego y pueda hacerlo solo.
Los niños con síndrome de Down tienen un estilo único de aprendizaje y debemos entenderlo y respetarlo. Una psicóloga, Jennifer Wishart, ha escrito mucho material sobre este tema. Dice que “podemos correr el riesgo de transformar a estudiantes lentos pero dispuestos en estudiantes reacios y evasivos”. Realmente adapto el trabajo que hago con cada niño. Me aseguro de que las sesiones de fisioterapia brinden un entorno agradable de aprendizaje para los niños de modo que sean estudiantes dispuestos y aliento a los padres para que hagan lo mismo en su casa. Si su hijo siente que se le imponen, simplemente buscará formas de resistirse y de evitar el aprendizaje.